El local destaca por su decoración simple pero cálida. Las paredes están adornadas con fotografías vintage que evocan un estilo nostálgico. El espacio es pequeño, lo que crea un ambiente íntimo y amigable. La atención es uno de los puntos fuertes de La Guindalera, ya que el personal se muestra siempre dispuesto a ayudar y a aconsejar sobre los platos del día.
El menú es variado, con opciones que van desde clásicos chilenos hasta preparaciones más innovadoras. Entre sus platos más populares se encuentran los *empanadas de pino* y el *pastel de choclo*, que son recomendados por muchos comensales. Además, las porciones son generosas, lo que asegura que nadie se irá con hambre.
La Guindalera también es conocida por su variedad de bebidas, incluyendo cervezas artesanales locales y jugos naturales. Esto complementa la experiencia gastronómica, haciendo que cada visita sea única.
El horario de atención es bastante accesible, permitiendo a los clientes disfrutar de sus platillos en diferentes momentos del día. Para información adicional, se puede contactar al número +56 2 2772 8897.
Finalmente, La Guindalera no solo es un lugar para comer, sino un espacio donde se pueden crear recuerdos en torno a la buena mesa. Su combinación de buena comida, atención amable y ambiente acogedor la convierten en un lugar imperdible para quienes visitan Quinta Normal.
CÓMO LLEGAR AHORA
LLAMAR: +56 2 2772 8897
Dirección: San Pablo 4583, 8500000 Quinta Normal, Región Metropolitana, Chile
Horario de La Guindalera
Opiniones de La Guindalera
La Guindalera es una picada muy valorada en el corazón de nuestra ciudad, con un promedio de 4.4 sobre 5. Este lugar se destaca por ofrecer comida casera, típica y reconfortante, ideal para quienes buscan un almuerzo sabroso y accesible. La atención es uno de sus fuertes, algo que ha sido mencionado en diversas opiniones de comensales que se sienten bienvenidos cada vez que visitan este rincón culinario.
Mis visitas a La Guindalera han sido bastante variadas. En mi última experiencia, lamentablemente no disfruté tanto como en la primera, ya que sentí que la comida no tenía ese toque especial que me había encantado antes. Puede que haya faltado «la cocinera estrella», como dicen algunas opiniones. A pesar de esto, he tenido la suerte de probar varias de las alternativas de almuerzo que ofrecen, todas marcadas por la simplicidad y un sabor auténtico. Desde su pastel de choclo hasta el clásico charquicán, hay una buena variedad que siempre tiene algo para todos los gustos.
En cuanto al precio, La Guindalera es bastante asequible; un almuerzo no supera los $7,000 por persona, lo cual considero justo por la calidad de las porciones y la atención. El ambiente del lugar acompaña perfectamente la experiencia culinaria: cuenta con una decoración sencilla pero acogedora y a menudo se puede disfrutar de la terraza, que ofrece un respiro durante los días más cálidos. Además, es un local frecuentado por trabajadores de la zona, lo que le aporta un aire familiar y de cercanía. En resumen, La Guindalera tiene mucho que ofrecer, aunque hay momentos en que su magia parece variar. Sin duda, vale la pena seguir explorando sus platos y disfrutar de ese servicio que siempre me hace sentir como en casa.










