El local se caracteriza por su decoración simple y auténtica, que recuerda a las tradicionales picadas chilenas. Las paredes están adornadas con fotos de familias y amigos reunidos, creando una atmósfera cálida y familiar. A menudo, se puede escuchar el suave murmullo de conversaciones y risas de los comensales disfrutando de su tiempo ahí.
La picá abre sus puertas de lunes a sábado, entre las 12:30 y las 15:00 horas, lo que la convierte en una excelente opción para un almuerzo reconfortante. Sin embargo, permanece cerrada los domingos, lo cual no impide que durante la semana sea frecuentada por clientes habituales que buscan un buen plato casero.
Un aspecto destacado del menú son las picadas clásicas que ofrecen, elaboradas con ingredientes frescos y de alta calidad. Los platos son abundantes y llenos de sabor, permitiendo a los clientes disfrutar de una experiencia deliciosa y satisfactoria. Las empanadas y las carnes asadas son algunos de los favoritos del público.
Además, cuentan con un servicio amable y atento. El personal, siempre dispuesto a ayudar, contribuye al ambiente amigable del lugar, lo que hace que los visitantes se sientan como en casa.
Para quienes deseen conocer este rincón gastronómico, pueden contactarlos al número +56 2 2203 4842 para más información. Sin duda, La picá de la tía Julia es un sitio que merece ser visitado por aquellos que aprecian la buena comida y un entorno acogedor.
CÓMO LLEGAR AHORA
LLAMAR: +56 2 2203 4842
Dirección: Ramón Toro Ibáñez 5890, 7820855 Macul, Región Metropolitana, Chile
Horario de La picá de la tía Julia
Monday:12:30-3PMTuesday:12:30-3PMWednesday:12:30-3PMThursday:12:30-3PMFriday:12:30-3PMSaturday:12:30-3PMSunday:Closed
Opiniones de La picá de la tía Julia
La Picá de la Tía Julia es una joya escondida en el corazón de nuestra ciudad, donde la comida casera brilla con luz propia. Este lugar evoca esos almuerzos familiares que solíamos tener en casa, donde cada plato parece cocinarse con amor y dedicación. Su oferta gastronómica se basa en recetas tradicionales, preparadas por las manos expertas de las señoras que, con su amabilidad, nos hacen sentir como en casa. La calidez del trato y el ambiente familiar son un sello distintivo que hace que cada visita sea especial.
He tenido la oportunidad de probar varios de sus platos y cada uno ha sido una grata sorpresa. Desde su abundante colación, que incluye sopa, ensalada y un contundente plato de fondo, hasta los postres que parecen sacados de la infancia, todo ha estado a la altura de mis expectativas. Este es el tipo de comida que no solo satisface el hambre, sino que también alimenta el alma. Las porciones son generosas, lo que hace que sea difícil salir con hambre. Es como ir a almorzar donde la abuela, donde siempre hay un poco más para compartir.
En cuanto al precio, debo decir que es una de las grandes ventajas de La Picá de la Tía Julia. Con un costo promedio de menos de $5.000 por persona, se puede disfrutar de un festín completo que incluye bebida y postre. Este valor es realmente módico, especialmente considerando la calidad y la cantidad de la comida que recibimos. El ambiente es otro punto fuerte; el local tiene una decoración sencilla pero acogedora, con un toque de nostalgia que recuerda a esas casas llenas de vida. No hace falta una terraza ostentosa o vistas impresionantes, ya que la esencia de este lugar radica en la simplicidad y calidez que ofrece. En resumen, La Picá de la Tía Julia se ha ganado mi corazón y mi estómago, convirtiéndose en un refugio de buena comida y compañía entrañable.
